martes, 28 de julio de 2009

La profunda transformación y reestructuración industrial y social de los últimos años permitió a los países industrializados modernizar y adaptar sus estructuras a ese “nuevo sistema productivo”.
Esto involucró, fundamentalmente, un “cambio conceptual” de todos los actores del devenir económico y social, de la “sociedad en su conjunto”.
En cuanto a nuestro país, ya en la década del setenta Jorge A. Sabato se preguntaba, y la pregunta sigue en pie: ¿Qué hacemos los argentinos en esta revolución científico–tecnológica en que estamos metidos? En este drama histórico ¿queremos ser actores, partiquinos, espectadores o amigos del boletero?